Aunque ya dejó atrás su sueño de ser un espía internacional, Katherine nunca perdió su apetito insaciable de jugar al detective. Empezó a interesarse por el monitoreo cuando tenía 4 años y ejecutó su primer ensayo controlado aleatorio a ver si Santa Claus sí existía. Desde entonces, ha refinado su metodología ligeramente trabajando de investigadora y científica de datos en organizaciones de desarrollo internacional en Washington, D.C. Lucha contra los dragones de datos para llevar a cabo proyectos de monitoreo y evaluación, desde la fase de recopilación de datos hasta la visualización. Su fervor por el monitoreo y la estadística complementa su interés en tech, gobierno abierto, y el seguimiento del dinero. Actualmente usa provechosamente su incansable curiosidad para desarrollar indicadores y marcos para evaluar los resultados de los contratos abiertos.